Nos hacía falta un tejolote, también teníamos algo de sed.
Anoche nos divertimos como enanos en la Feria de Torreón. Después de haber ido al cumpleaños de Eva pasamos un rato, se supone que compraríamos un cochinito (alcancía) para ahorrar y ya... pero no, anduvimos de vagos por toda la feria. Encontramos un tecolote para nuestro molcajete, uno que le regaló mi abuela† a Gaby.
Llegó nuestro amigo Rocks y Brenda y fuimos a las jarras, no se podía ni caminar, mucho menos sentarse. Estaba llenísimo, creo que deben ampliar ese sagrado recinto para futuras ediciones de la feria ya que ha resultado ser insuficiente.
Más tarde llegó Alex y Fabiola, entramos al Hospital de los Zombies que debo decir, está bien ambientado pero tuvimos que esperar casi una hora haciendo fila y el espectáculo dura 5 minutos a lo mucho. Pero como quiera, valió la espera.
Después y con la esperanza puesta en nuestros corazones, volvimos a las jarras y aunque seguía a rebosar, pudimos hacernos de una mesa. Lo más divertido fue ver las caras cuando decidieron probar su resistencia a los toques eléctricos. Salimos a las 2:30am de la feria, valió la pena, teníamos varios años sin ir.
En otras ocasiones deberíamos ir más temprano.
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