Pues ya tenemos nuevo huésped, es presumiblemente un huizache que estuvo varias semanas en su bolsita negra de plástico, esperando a ser depositado en su lecho final. Y allí está, tan sano como se mira.
Cavé no más de 30 centímetros de profundidad y ya estaba tirando el bofe. Hasta sed me dio... ojalá se logre este árbol, que tanta falta nos hace. Además de un columpio, quiero una hamaca.
Por otro lado, parece que las plantas guías-frondosas que me regalaron ya pegaron, durante varios días parecían tristes y a punto de morir (grises y pegadas al suelo, de hecho) pero ya están verditas y muy alegres.
http://tar.mx/log/wp-content/uploads/2012/10/2012-10-07-18.21.32.jpg