Este año tuve visita familiar así que entre las pocas cosas que se pueden hacer en la ciudad en el mes de septiembre, está el ir a la feria. Fuimos el último día, pensamos que por ser así estaría medio solitario, pero estaba bastante concurrido.
De cosas interesantes... pues las artesanías, algo que me llamó mucho la atención fueron unos manteles bordados a mano de Michoacán, desgraciadamente tenía a varias personas esperando y ya no tuve oportunidad ni de preguntar precios. Toda la entrada de la feria es una trampa para que te detengas a comprar chucherías, algunas cosas son genuinas, pero la mayoría de cosas que venden son las conocidas como "cosas chinas". Es decir, objetos baratos y desechables, desde zapatos y blusas, adornos para el celular, fundas, cables, etcétera.
Luego los clásicos mimos que están disfrazados y totalmente pintados... esos son interesantes, te puedes quedar algún rato viéndolos y aparentemente ni parpadean, si dan la sensación de ser estatuas. De ahí en fuera pues lo que hay son los juegos mecánicos (que ni de loco me subo), los merolicos con sus ventas extraordinarias
–"¿quiere esto la dama? si no le convence le pongo esto, le pongo lo otro, y para que se anime le regalamos aquello, aunque se enoje el patrón".
Y la venta de comida al por mayor, de cerveza preparada y de más juguetes y cosas chinas. Nosotros, regresamos alegremente con un puerquito.
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