Anoche pasamos con a una cantina de la ciudad, estábamos tranquilamente bebiendo una cerveza cuando escuchamos unos gritos...
— Papá, ya vi que estás aquí ¡te voy a acusar con mi mamá!
Después de eso, salieron corriendo (eran varios niños menores de 10 años). Luego me comentaron que seguido pasan así los chiquillos, gritando o aventando cosas hacia dentro de la cantina. Total que después de un rato volvieron a pasar, pero ahora le pegaron a la puerta batiente con una botella de plástico, de esas de refresco retornable (duras) y rompieron varias maderas de la puerta.
El encargado del lugar salió en friega y correteó a los niños, hasta que agarró a una muchachita, no mayor de 13 o 14 años de la mano y la acercó a su negocio, para que viera el daño que hizo y en todo caso llamar a su mamá o papá para que respondieran por el acto.
La muchachita parecía una fiera, gritando y negando todo, luego se empezó a juntar más chiquillada y luego la mamá y familiares... llamaron a la patrulla (que no llegó por supuesto, sino después). Al final, la señora insultó a todo mundo que estábamos de mirones "pinches borrachos, montoneros" (en realidad solo el encargado es el que fue por los niños), etcétera. Algún muchachito muy bravo se quería ir contra la clientela
— "déjenme, ahorita les parto su madre"
Luego la señora aceptó que arreglaría el daño, la muchachita decía "si quieren les pongo su puerta en oro, pinches... bla bla". Y se andaba juntando la gente del barrio. No pasó a mayores y ya, así quedo. De rato llegó la policía municipal porque les habían reportado "que había menores de edad dentro de la cantina". Así se hacen los chismes.
Y ya, lo bueno es que somos gente civilizada, si no, la chiquillada nos hubiera apedreado o algo, sin deberla ni temerla... pero volviendo al título de este escrito, del desmadre al vandalismo sólo hay una delgada línea, que los padres deberían trazar más con sus retoños.
Educar, que no pasarse de lanza como en esta noticia: Es que me porto mal, por eso me pega mi mamá.
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