Hace unos días fue noticia nacional un hecho que no es común, un presunto ladrón de transporte público fue vapuleado por enfurecidos pasajeros de una combi. La reacción al fallido intento de asalto es un hecho preocupante en nuestra sociedad y no es sino una muestra del hartazgo que se vive actualmente a consecuencia de la pandemia que nos tocó vivir. Mucha gente se ha quedado sin ingresos regulares de dinero para las cosas más básicas como son la alimentación y el transporte, tan sólo durante marzo, abril y mayo se perdieron poco más de un millón de empleos formales de acuerdo con el INEGI y como parecía anticiparse, no fueron los meses más críticos. Muchas empresas esperaron a que pasaran los primeros meses para entonces empezar a hacer recortes de personal y tarde o temprano lo seguirán haciendo aquellas que ven mermados sus ingresos, ya no digamos ganancias.
El fallido ladrón que al quedar su compañero de fechoría fuera de la combi y al titubear para salirse a tiempo, fue golpeado durante unos cuatro minutos por los enfurecidos pasajeros que no dudaron en soltar su coraje sobre el disminuido rufián que sólo atinaba a pedir perdón. Una vez detenido el vehículo, el asaltante fue expulsado y desnudado en la vía pública.
Ya hay algunas versiones donde abogados preparan una posible demanda de Raúl “N” hacia sus agresores, ya que en realidad no fue un asalto como tal (frustrado tal vez) y aunque tenía la intención no logró su cometido. Sería grotesco que las autoridades le dieran la razón y entonces los posibles afectados resultaran demandados y con castigos administrativos o inclusive penales por tal hecho. Por otro lado, seguramente a este señor Raúl lo podrían enviar a la cárcel “en lo que averiguan”, si se apellidara Lozoya seguramente estaría en un hospital de primerísimo nivel y con audiencias virtuales.
“¡Pa´ que sientas lo que sentimos!”, le increpaban y con razón. El miedo y la frustración de ser asaltado en un vehículo es una experiencia horrible. Alguna vez me sucedió en un viaje de Puebla a la Ciudad de México y nos dejaron sin las monedas y pocos billetes que llevábamos, recuerdo que nos llevaron a un Ministerio Público para declarar (en el momento todos lo querían hacer), al final nadie lo hizo por la pérdida de tiempo que suponía, además hay otras preocupaciones… ¿cómo llegas a tu siguiente destino? ¿pides limosna para moverte? Estamos hablando de días en que no había tanta disposición de dinero como ahora lo es, con aplicaciones o pagos en línea.
Así las cosas, seguramente seguiremos viendo brotes de violencia en las calles y robo de la delincuencia común, reflejo un tanto de la situación en la que estamos. ¿Merecía ese trato el facineroso de la combi? No sabemos, pero no es justo que te despojen de lo poco que lleves mientras te desplazas a tu trabajo, escuela o a tu casa, bienes que costaron conseguirlos.
Regreso a clases
El regreso será a finales de agosto de manera virtual, lo cierto es que varias escuelas privadas han estado cerrando debido a los costos que suponen mantener salarios, programas educativos, rentas, sumando ahora gastos en tecnología y atención que deben brindar a los estudiantes y a que muchos padres han decidido cambiar a escuelas públicas a sus infantes. ¿Nuestra educación pública está preparada para recibir más alumnos?