Como cada año, Apple ha anunciado entre otros productos, un nuevo teléfono, el iPhone 13. Esta vez con mucho énfasis en la fotografía y cinematografía. Una vez más la empresa estadounidense ha dado un golpe sobre la mesa en cuanto a tecnología aplicada a imagen, tal como en su momento popularizaron el modo retrato, aquél donde tomando una fotografía a cierta distancia de una persona, desenfoca el contorno, dejando un especie de bokeh (desenfoque) artificial, pero que para publicar en redes sociales y pantallas pequeñas no hay una clara diferencia entre hacerlo con su teléfono o con una cámara y lente de uso profesional de miles de dólares.
Lo más destacado ahora fue el modo cine, una característica que sirve para grabar con poca profundidad de campo (una zona pequeña enfocada y el resto no) y transición automática entre personas y objetos que aparecen en pantalla. Según el video que publicaron, hay escenas donde está una persona enfocada, luego al aparecer otra en la misma escena, el teléfono con algoritmos de inteligencia artificial decide enfocar al nuevo elemento, todo de forma automática. Así, anuncian que el productor se tiene que preocupar por la historia, no en las cuestiones técnicas. Pero además y aquí lo destacable, es que una vez grabado el video es posible cambiar la escena para elegir qué es lo que está enfocado, algo que ahora simplemente no es posible con una sóla cámara (en cine se utilizan múltiples tomas o con varias cámaras) y que ningún otro fabricante ha incluido en sus equipos.
¿Pero cuál es la gracia de eso? como sabemos, en esta vorágine de la publicación inmediata, aparte de entusiastas de fotografía y cine que realizan trabajos, algunos muy profesionales, con cámaras tradicionales y costosas, se exige más en tecnología en el sector profesional. Hoy en día, medios tradicionales de televisión y periódicos del mundo utilizan las plataformas de video para informar y entretener (Facebook en vivo, Youtube, Tiktok, Instagram) de forma casi inmediata. Atrás quedaron los tiempos donde se realizaban costosísimas producciones para informar un hecho. Hoy, con un teléfono en mano los reporteros de muchos medios informan de manera inmediata, dando importancia al hecho y no a la parte técnica. Basta el smartphone y una conexión celular para estar emitiendo al mundo algún tema.
Los nuevos teléfonos permiten eso, desde algunas versiones anteriores de iPhone y varios Android, grabar en el equipo y transmitir en vivo, pero además editar algunas cosas básicas como textos encima del video, ajustes de fotografía, etcétera. Se está convirtiendo en un equipo multimedia para trabajo serio, donde no se requiere un equipo más especializado o personas adicionales para realizar actividades multimedia, pero sobre todo, ahorran tiempo, teniendo mayor capacidad de cómputo en los dispositivos y facilidades para hacerlo todo más rápido.
En algunos grupos de discusión de fotografía ya algunos cineastas se sienten ofendidos. Se nos olvida, que no son más que herramientas, al final la habilidad para hacer cualquier trabajo depende de quien la realiza. Las herramientas sirven para facilitar ciertas tareas, pero si todo lo rechazamos porque nos da desconfianza o no nos gusta entonces seguiríamos andando a caballo, porque “no es lo mismo andar en coche”. El mercado da para todo, quienes requieren herramientas y a quienes les gustan las mismas.