En las últimas semanas se ha hablado de Metaversos. Un concepto de mundo virtual que han puesto sobre la mesa empresas como Facebook, Epic Games, Nvidia y Microsoft, incluso la primera ha cambiado su nombre corporativo a Meta. Un “metaverso” ha sido conceptualizado como un mundo virtual, al que en un futuro nos conectaremos con dispositivos y vamos a interactuar con los elementos y personas ahí dentro. Este tipo de mundos virtuales han existido desde hace muchos años, desde juegos como el viejo Lineage II y otros más recientes como Animal Crossing, League of Legends, Fortnite, donde quien en ellos se adentra crea una especie de avatar e interactúa y convive con otras personas. Son además de juegos, un lugar de interacción social y un ecosistema económico importante -según la consultora newZoo, los videojuegos movieron en 2020 unos 175 mil millones de dólares, sin contar las compras entre jugadores de objetos o avatares virtuales-. Juegos como World of Warcraft no sólo tiene reglas físicas dentro de su mundo, sino una economía propia con valor en el mundo real.
El asunto con el metaverso, es que a diferencia de un juego, propondrá una especie de realidad paralela de la vida real. Un mundo virtual donde las personas puedan interactuar sin estar físicamente juntos. Es decir, que se puedan hacer una serie de actividades que llevamos a cabo en nuestro día a día, sin salir de casa, todo con un avatar y donde daría la sensación de estar con los demás en el mismo lugar.
El viernes pasado el ex CEO de Microsoft, el filántropo Bill Gates comentó en su blog* que en 2 o 3 años el metaverso acogerá la mayoría de las reuniones de trabajo. Y es que a partir de la pandemia, muchas de las reuniones de trabajo en persona que se tenían en las empresas se trasladaron a plataformas como Zoom, Google Meet o Teams, además, muchos equipos de trabajo estuvieron laborando en una mezcla de lugares: oficina, casa o algún lugar público. No es extraño hoy tener juntas a través de un enlace que nos envían por correo, por un mensaje de texto o un “Whats” y de forma instantánea nos reunimos. Pero además, fue la única forma en que muchos interactuamos con nuestras familias y amigos, durante algunas semanas que estuvimos encerrados.
En los metaversos que han formulado además, se podrán tener interacciones y gestos faciales de nuestros avatares a partir de dispositivos conectados, sensores y gafas de realidad virtual, de tal forma que tendría que ser más realista una reunión de esa forma, que una simple llamada de video como ahora las tenemos. Además de las reuniones de trabajo que podría ser lo inicial, se pretende que la gente ahí se la pase y pueda generar ingresos, ofreciendo productos virtuales o servicios a otros habitantes y moviendo la economía.
No hay fecha definida para el inicio de un metaverso, por ahora son ideas y que se tendrán que ir materializando con el tiempo, falta aún tecnología pero sobre todo, desarrollo de software sobre las capacidades de hardware existentes. Ya hay gafas de realidad aumentada muy capaces, pero aún faltan dispositivos para dar la sensación de sentir objetos que no existen. En cuanto a las gafas de realidad aumentada, no están lejos de dar la sensación muy parecida a lo que ahora experimentan nuestros sentidos en el mundo físico.
Es impresionante todo lo que pretenden lograr tanto en el trabajo, la educación y la salud a raíz de los metaversos que se vienen. Si es un éxito o un fracaso, aún no podemos visualizarlo, pero seguramente habrá adelantos tecnológicos impresionantes en pocos años. Juntas de trabajo, reuniones con familiares lejanos, consultas médicas, clases y lecciones en línea… es sólo el comienzo.
* Razones para el optimismo de un año difícil, Bill Gates https://gatesnot.es/3EVMJRa
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