Desde hace varios años existen proyectos para probar el sistema operativo de Apple en equipos que no son oficialmente de la empresa , con fines experimentales, de desarrollo y para uso diario.
El argumento principal durante mucho tiempo de tener una instalación del sistema operativo macOS ha sido el precio de sus dispositivos, pero si tenemos en cuenta que una Mac Mini con un procesador Intel i5 dual core de 1.4GHz, 4GB de RAM, HDD 500GB al día de hoy cuesta $ 10,499 pesos ya con el IVA incluido y los programas que incluye: Oficina (Pages, Keynote & Numbers), edición de video (iMovie), integración de todos sus servicios en la nube, copia instantánea entre dispositivos en su última versión actual (macOS Sierra), entonces NO, no vale la pena tener un hackintosh.
Una máquina con similares características se podría armar con un poco menos de dinero, pero lo importante ahí es la integración del sistema operativo con su hardware, algo que no pueden presumir otros OS.
Ahora bien, si es para usar componentes más potentes entonces si que puede valer la pena. Pero sólo si se requiere un equipo más potente que lo que ofrece la empresa. Por ejemplo: desarrollo o juegos, es bien sabido que los juegos no funcionan tan bien en Mac como en Windows.
Como un experimento y con fines educativos, instalamos en un equipo la última versión de macOS Sierra (10.12), con las siguientes características de hardware:
CPU Intel i7 6700 “Skylake”
Motherboard ASUS ROG Maximus VIII Hero Alpha
GPU Nvidia GeForce 470
24GB RAM DDR4 2400GHz (Kingston HyperX Fury & Crucial Ballistix)
SDD Samsung 850 EVO M2 250GB
HDD Seagate 1TB 7200RPM
¿Qué es lo que funciona?
Memoria, SSD, HDD sin problema. La instalación fue dentro del SSD compartiendo sistema operativo con Windows 10. El disco duro normal es para datos. De la tarjeta madre, funciona perfectamente la tarjeta de red (Ethernet), Bluetooth (conectadas bocinas Bose SoundMiniLink II, Magic Trackpad), la aceleración gráfica del GPU Nvidia.
Luego, toda la integración del sistema operativo; funciona iCloud, Messages, AppStore, red, etcétera. Tal como lo haría una iMac normal.
Lo que no funciona
Sin investigar más a fondo no hemos podido hacer funcionar el sonido: así que como no reconoce que lo tenga integrado, cuando hay una notificación o un sonido del sistema (beep), genera un evento como si se tomara un pantallazo (la pantalla se atenúa de color blanco y se restablece). Esto último es muy molesto, en nuestro caso lo resolvimos con la bocina conectada por Bluetooth.
¿Es difícil instalarlo?
No, leyendo… hay muchas guías en la red que te van diciendo paso a paso, se requieren algunas habilidades informáticas por supuesto, sólo para que sea más fácil.
¿Vale la pena?
Si. De hecho con esa configuración de hardware la instalación funciona más rápido que una MacBook Pro RETINA que utilizamos (i5 2.4GHz, 8GB RAM, SDD 250GB), aunque el inicio no es tan veloz (la carga del BIOS en la PC es algo lenta), la ejecución y funcionamiento de programas “pesados” como Adobe Lightroom 6 con algunos miles de fotografías en resolución de 24 megapixeles es tan fluida que da gusto. Photoshop se mueve también muy bien —aprovecha el GPU—, inclusive probamos Diablo III y aunque es un juego viejo funciona perfectamente, con la aceleración gráfica.
Ahí, creo que si vale mucho la pena, cuando se quiere probar un hardware más potente que las máquinas que vende la empresa de Apple y a un costo significativamente menor, ahí si.
Prometemos quitar la instalación una vez terminadas las pruebas.
Actualización enero 2017: para que funcione el sonido, tenemos que usar
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