En el estado de Coahuila se suspendieron las clases presenciales el 19 de marzo ante las instrucciones de la Secretaría de Educación Pública, a raíz de la contingencia del coronavirus SARS-COV2.
En febrero el INEGI publicó los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) correspondientes a 2019.
Los datos muestran que en Coahuila 6 de cada 10 hogares cuentan con acceso a internet, sin embargo, el 95% tiene acceso a través de smartphone y el 62% desde una laptop o computadora de escritorio.
Es importante diferenciar, porque si bien con un móvil es la manera más fácil de consumir contenidos -cualesquiera que éstos sean- no son muy cómodos para generarlos. Es fácil hacer compras, visualizar videos, enviar una fotografía (algo impensable hace un par de décadas), pero no generar un documento, hacer una hoja de cálculo y menos aún, acceder a plataformas educativas, que aunque con el tiempo son más fáciles, tienen una curva de aprendizaje importante.
Todo esto viene a cuento porque el pasado 20 de abril reiniciaron actividades académicas para los alumnos de manera no presencial, donde la forma más importante de recibir la instrucción será en línea. Eso suena muy bien, hay muchas ventajas de tener acceso instruccional y formativo en los tiempos y necesidades del educando, pero eso es más factible cuando se tiene una manera clara de lo que se quiere lograr, no como una formación primaria o secundaria. Si retomamos los datos, en Coahuila 4 de cada 10 alumnos estarán en franca desventaja con quienes si tienen internet, pensando en que todos los que tienen puedan y sepan acceder a los materiales.
Hay otras formas de hacer llegar la información que está implementando cada estado, Coahuila está enviando guías impresas a quienes no tienen forma de consultar en línea (según la SEP estatal, a un 85% de la población estudiantil); también están canales públicos de televisión abierta… sin embargo volvemos al punto anterior, no todas las personas tienen acceso a los canales públicos, algunos sólo se muestran en servicios de paga ya que la señal no llega.
Las autoridades han recalcado que las clases virtuales no sustituirán al profesor, ciertamente el aprendizaje y el flujo de ideas suelen ser más efectivas cara a cara, en contacto con compañeros y profesores que pueden asesorar a los demás. Ahora con las clases virtuales tendríamos que preguntar también si los profesores están capacitados tecnológicamente para atender a sus alumnos.
La SEP informó que en caso de acatar el aislamiento, el regreso a las aulas será el 1 de junio y terminará el ciclo en julio de 2020. En el estado son poco más de un millón 50 mil estudiantes los que estarían regresando a las aulas.
REUNIONES VIRTUALES.
Hay un montón de herramientas tecnológicas para tener reuniones virtuales. Algunas llevan años existiendo y otras se hicieron famosas justo en estos días. Zoom es una aplicación que permite tener reuniones en video y audio, pero es una de las plataformas de comunicación más inseguras y que desgraciadamente mucha gente utiliza. Entre algunos de los problemas que tiene son los siguientes: exposición de conversaciones que previamente hayan sido grabadas hacia internet, que un atacante pueda utilizar las cámaras de tu dispositivo aún sin estar utilizando el programa, que la empresa haya mentido sobre la encriptación de usuario a usuario de sus comunicaciones. Puede no parecer grave, pero estar expuesto a que graben con tu cámara sin estar usando el programa, si da de que pensar. Es mejor utilizar Microsoft Teams, Google Meet o los gratuitos Google Hangouts y Skype. Son programas que llevan mucho tiempo en el mercado, suficientemente confiables y permiten la comunicación entre varias personas.
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Es la columna que me publicaron la semana pasada en el periódico El Tiempo de Monclova, originalmente fue publicada aquí.