Desde hace algunos años se han puesto cada vez más de moda las monedas virtuales (criptomonedas), probablemente la más famosa sea el Bitcoin, aunque existen muchas en el mercado. A pesar de que en días pasados el Bitcoin alcanzó un valor histórico de casi un millón de pesos mexicanos cada pieza de esa moneda, aún no se ha extendido para el uso común ni en tiendas en internet y menos en establecimientos físicos.
En días pasados, durante un seminario sobre perspectivas empresariales fintech organizado en el ITAM, Agustín Carstens mencionó que “el manejo de una moneda digital que garantice operaciones financieras eficientes y seguras, debe ser ejecutado por los bancos centrales. De otro modo se corren riesgos de bajo respaldo sobre las transacciones, corridas y colapso de la infraestructura donde se trasladan”, dijo el Gerente General del Banco de Pagos Internacionales. Es decir, SI a las monedas virtuales, sólo si las manejan los bancos centrales.
Esto es algo contradictorio, por decir lo menos, ya que las criptomonedas nacieron de precisamente la desconfianza hacia los bancos centrales acerca del manejo del dinero y como una respuesta a la necesidad de tener una moneda abierta a todos, sin un grupo específico de personas que tomen decisiones a partir de situaciones de intereses económicos o de poder sobre la moneda. Más allá del futuro de las criptomonedas, mientras no se puedan gastar en cosas para la gente común, no habrá una total confianza hacia ellas, por lo que se debería tener cautela si se piensa en invertir en este tipo de moneda. Como lo dijo el personaje de Tony Soprano: si quieres invertir, compra tierras, porque Dios no hizo más.
Internet para todos
Ahora que Starlink, la empresa del multimillonario Elon Musk, anunció el pre registro para obtener internet en nuestro país, ahora sí, el internet será para todos… los que puedan pagarlo. El pasado 10 de febrero se abrió el registro previo al servicio de internet que ofrece velocidades de conexión de entre 50 y 150 MBps de manera satelital, con lo cual tendrá la posibilidad de llegar a prácticamente cualquier lugar de nuestro país, incluso en la sierra o el monte, donde no llega la señal de las antenas de las operadoras telefónicas.
Pero el precio no es accesible. Para empezar el servicio aún no se da en nuestro país y para poder pre registrarse hay que pagar 100 USD (unos dos mil pesos) y ya teniendo el servicio habrá que pagar una renta de 99 USD cada mes y un pago del equipo para conexión de otros 499 dólares americanos. Por lo tanto, me parece que no vale la pena en una zona urbana donde si hay señal de internet con otros operadores. Por ejemplo, la empresa de toda la vida ofrece un paquete de 549 pesos (casi una cuarta parte del internet de Starlink) y da velocidades de descarga de hasta 200 MBps con fibra óptica. Donde tendría sentido tener este tipo de servicio es en ranchos productores y oficinas de gobierno en zonas donde se requiere uso de la conectividad, pero sin pagar sumas exorbitantes o muy limitadas como ya existen ahora.
Censurar o no censurar
Sigue el debate acerca de si una red social (privada) debería censurar o no, en base a sus términos y condiciones a cualquier usuario por lo que en ellas publica. Parece lógico que las redes sociales deberían tener autorización del gobierno para operar y para que le sean aprobados sus términos y condiciones, por lo pronto la propuesta del senador Monreal ha sido pospuesta y será debatida y analizada por “personas que si le saben” a esto de las redes sociales.