Nuestros datos importan

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Desde hace tiempo se ha definido a los datos de usuario como el nuevo oro de las empresas. Ahora más que nunca nuestra información personal importa, ya que en base a nuestras costumbres de navegación y consumo de contenidos las empresas pueden ofrecernos tal o cual servicio, que, aunque no lo relacionemos tiene toda una tecnología e inteligencia de trabajo detrás para explotarlos.

El aprovechamiento de nuestros datos para fines comerciales es la parte benigna de esto, ya que al final como consumidores decidimos o por lo menos creemos que decidimos sobre lo que queremos adquirir o no. Los peligros de no seguir recomendaciones básicas de cuidado de nuestros datos van desde que nuestro buzón comience a llenarse de publicidad basura hasta el secuestro de nuestras cuentas en redes sociales y documentos almacenados en nuestras computadoras. Esto último puede ser grave si es que no tenemos respaldos de archivos de texto y hojas de cálculo, dado que es común que la información quede cifrada y no se pueda acceder a menos de pagar un rescate de datos, pero inclusive ahí no hay garantía de que te los devuelvan, lo mejor sería asumir que se perdió la información y no caer en el chantaje.

Otros datos pueden incluir archivos con información como números de tarjetas y documentos oficiales, contraseñas de correo electrónico y contactos. Hay empresas fraudulentas que venden toda esa información, de tal forma que si alguien quiere hacerse del control de nuestras cuentas podría hacerlo, accediendo a alguna cuenta de correo electrónico ligada a servicios como redes sociales y/o sistemas de pago en línea. Si bien las empresas de tecnología también invierten mucho en seguridad, al final el eslabón más débil siempre será el usuario final. 

Hace tiempo comenté también que aplicaciones como Zoom que tan populares son para videollamadas, aún tienen problemas serios de seguridad, ahí la más grave es que podían acceder a las cámaras de tu dispositivo aún sin estar usando el programa y sin que te dieras cuenta.

Habría que tener en general sentido común en como almacenamos nuestra información, pero sobre todo qué servicios utilizamos y en donde soltamos nuestros datos. Acceder a un servicio desde Facebook para “ver cómo te verías si fueras extraterrestre” es una forma muy fácil de que te roben datos. Además, hay que estar atentos a cuando se baja alguna aplicación, digamos que sea una calculadora y pida acceso a tus contactos y geolocalización, ahí algo está extraño y no deberíamos aceptar.

En días pasados se dio un hackeo masivo a cuentas de personas famosas en Twitter (incluyendo la de Barack Obama y Bill Gates), el objetivo era robar dinero virtual (bitcoin) y se aprovechó un fallo humano para acceder a las mismas. No se requiere ser famoso para ser víctima de un fraude cibernético o suplantación de identidad.

Canta, canta y no llores…

Parece que al ex director de PEMEX le ha salido lo cantarín, hasta ha conseguido privilegios como en los viejos regímenes del Estado. Ahora hasta su audiencia inicial fue por medio de WhatsApp y no de forma directa y en vivo como se hace en los estados más modernos y de lo que tanto presume estar a la vanguardia nuestro sistema penal, ojalá que valga la pena.

¡Al pesebre... fieras!

Texto originalmente publicado en las ediciones impresas de El Tiempo de Monclova y El Siglo de Durango.

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por Jorge Martínez Mauricio :)

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modificado jueves 8 de julio de 2021, 11:20

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